jueves, 8 de marzo de 2012

Allen Xegarra Acevedo. Hace frío en la casa de Josefina. Lima: Arkabas, 2011. 115 pp



Allen Xegarra Acevedo. Hace frío en la casa de Josefina. Lima: Arkabas, 2011. 115 pp.

Hace frío en la casa de Josefina, novela de Allen Xegarra Acevedo, explora el universo infantil de Josefina y los afectos hacia Gertrudis, su nana, con quien tiene una relación más cercana que con su propia madre. Es una familia disfuncional: el padre, un ingeniero que retorna por breves temporadas al hogar; la madre, más preocupada por el estatus, las apariencias que por establecer un hogar sólido. La frialdad de las relaciones entre los padres y Josefina se exteriorizan en la novela, cuando la madre decide despedir a Gertrudis. A partir de ahí la casa como espacio de protección empieza a mutar, creando un microsistema propio, gélido, frío. Es decir, las tormentas y remolinos solo ocurren dentro de la casa familiar. Estos eventos inexplicables desde el punto de vista lógico los convierten en un motivo de la literatura fantástica, aunque en la novela, se desliza la metáfora de la frialdad de los afectos como causa de tan extraño ecosistema. Incluso el evento y sus consecuencias –quizás las mejores páginas del libro– no causan sorpresa o asombro en los personajes sino que al sumirse como naturales y posibles establecen más un estatus de evento maravilloso. La novela se resuelve siguiendo lo “políticamente correcto”, quizás también porque es una novela juvenil, en la que valores como la importancia de la familia y la búsqueda de la felicidad son importantes. Otro elemento que resalta es la mirada hacia lo femenino que en la novela se expresa en la insistencia al universo de la cocina, es decir, nuevamente nos enfrentamos a un estereotipo real, vigente. Así, Hace frío en la casa de Josefina es una novela que cumple con su función de entretener y educar.

Elton Honores
Universidad San Ignacio de Loyola